DIALOGO I
-Es una trampa maligna.
El silencio es indicio.
-Tengo miedo.
-Estoy seguro que es el rojo.
-No me decido todavía.
-Es el rojo hermano, no tengas dudas.
-¿Por qué nos odian tanto?
-“No es bueno ser comunista”, dicen.
DIALOGO II
-En una época no muy lejana me hacía llamar
el poeta de las cloacas.
-¿Por la oscuridad de tus poesías?
-No, por vergüenza.
DIALOGO III
-Alardear al amor.
Rebajarlo al suelo.
Indagarlo hasta los dientes.
Repasarlo por la mañana.
Inventarlo cada noche.
Descubrirlo.
Pero no tocarlo jamás.
¿Entendés hijo?
-Sí, papá.
-Anda, búscala y abrázala.
Dile todo.
Guíñale un ojo y llórale encima.
-Gracias, papá.
DIALOGO IV
-Edipo se arrancó lo ojos
por enamorarse de su madre,
pero no pensó en la posibilidad
de cortarse el pene.
Otelo mató a su enamorada por celos,
pero no pensó en la posibilidad
de hacer terapia
y resolver tanto dolor absurdo.
Einstein descubrió la teoría
de la relatividad, pero no pensó
en la posibilidad de teñirse el pelo.
Y Maradona, el más grande de todos,
a él rindo homenaje!
DIALOGO V
-Hola, ¿cómo te llamas?
-Mi nombre glorifica al fuego
y enciende la llama de la pasión.
-Déjame adivinar. A ver...
Ya sé: Sol.
-Muy bien.
¿Y vos?
-El mío es mas difícil.
-A ver, dale.
-Bueno.
El mío apaga todo y desarma al cuerpo.
Es imposible no temerle y viene a buscarte.
-A ver... Ya sé:
Vamos, hace rato te esperaba.
DIALOGO VI
-A duras penas me enfrenté.
-Entre tanto alboroto, ¿no se te escapó?
-Ni lo sueñes, nada mató a la paloma.
-Entonces... ¿echó a volar?
-Sí, pero sin alas.
DIALOGO VII
-El caracol no da asco,
la babosa si.
-El caparazón, esa defensa que muestra...
¿es la causa?
-En efecto, cualquier cosa sin la coraza.
-Estoy jodido.
DIALOGO VIII
-Soy idealista y poco concreto.
-Materializá un poco...
-Mierda!!!
DIALOGO IX
-¿Qué hay delante de esa bandera
que no puedo ver?
-Otra bandera.
-Y... ¿más adelante?
-Alguien observando atónito los retazos.
DIALOGO X
-Una aguja en un pajar no es difícil de hallar.
Pero más fácil es una pluma dejar caer lentamente.
-Es un truco sólo para engañar a unos cuantos ciegos.
DIALOGO XI
-¿Tenés una pelusa en el ombligo?
-Creo que sí, pero no digas nada, Romeo.
-Amada Julieta, si se entera tu padre estarás
en serios problemas.
-Mi padre te odia a ti, no a mi pelusa.
-Eso es lo de menos, puedo asegurarte.
DIALOGO XII
-Capitán: diviso en el horizonte
una gran masa de tierra en forma isla!
-Allí es donde te quedarás.
DIALOGO XIII
-Brindo por el amor.
-¿No nos olvidamos de llenar las copas?
DIALOGO XIV
-Ponés el reloj a correr,
ajustás internamente la movida a tu conveniencia,
marcás los pasos adelantando paulatinamente la pieza.
-¿Y luego?
-A observar el mundo.
DIALOGO XV
-Estoy borracho y no quiero hablar.
-Habla, dale.
Decime que te pasa.
-No quiero, podría decirte la verdad.
-No, tenés razón.
Mejor divertite.
DIALOGO XVI
-Es tu mirada contemporánea
la que no te permite entender.
-No estés tan seguro.
-Claro que si.
-No estés tan seguro.
-Es sólo una visión objetiva que hago.
-Mejor pasemos a otro tema.
DIALOGO XVII
-¿Cuántas capas tiene tu cebolla?
-No sé, todavía no he terminado de
pelarla.
-La mía hechó un brote.
-La tardanza amigo, éso hace brotar.
DIALOGO XVIII
-La lluvia echó a perder la cosecha,
este año no habrá vino de la familia.
-Mi silencio lo dice todo.
-Tu silencio es estrecho como todo
lo que alguna vez quisiste
e intentaste ofrecernos.
-Quizás no alcance para todo tu dolor,
es lo que puedo dar y no me avergüenzo.
-Vete de aquí y no hables más.
-Me iré cuando llegue la noche.
-Te irás cuando cierre la ventana.
DIALOGO XIX
-Mamá: ¿la jirafa tiene el cuello largo
o el cuerpo muy chico?
-Pregúntale a papá, que ahora no puedo.
-No mamá, papá no me da bola.
-Alberto, ¿podés atender a la nena?
-Mi amor, la jirafa tiene el cuello largo.
-Y... ¿por qué?
-Para no escuchar las tonterías
que se dicen por abajo.
-Papá...
-¿Qué?
-¿A mí me va a crecer el cuello?
-Puede ser, mi amor.
DIALOGO XX
-¿Le puedo hacer una pregunta, chofer?
-Claro.
-¿Nunca se le subió un fantasma?
-Sí, siempre sube en la misma parada
y en el mismo horario nocturno.
Parece que sale del cementerio
a dar unas vueltas y después
se baja siempre igual.
Así todas las noches.
¿Por qué me pregunta?
-Sólo por curiosidad.
-A usted ¿le interesa el tema?
-Sólo desde que me toca timbre y sale corriendo.
-¿Desea que le diga algo?
-En lo posible que no escape; que por favor,
no tema.
Seria incapaz de volver a hacerle daño.
DIALOGO XXI
-Le traspaso la banda con los mejores deseos.
-La acepto para defenderla y cuidarla.
-Tenga cuidado usted, compañero.
No vaya a ser que por defenderla y cuidarla tanto,
quede ahorcado por su presión.
-Gracias por el consejo, pero ya es demasiado tarde.
-Nunca es tarde para desbandarse.
DIALOGO XXII
-Fui bombero y sé lo que es apagar el fuego.
-Yo soy poeta y sé lo que es quemarse
cuando uno se arrima.
-Hablando de rima... nunca escribí una poesía.
-Siempre se puede escribir.
-¿Por dónde se empieza?
-Por la pieza mas prendida.
-¿La más iluminada?
-No, la más muerta.
La que no dice nada.
-¿La oscura?
-Éso es, mi amigo, la oscura.
DIALOGO XXIII
-El agua de la cima es natural.
Allí podremos saciar la sed de este recorrido.
-Tomaremos unos tragos y seguiremos rápidamente.
-¿Dónde nos dirigimos tan apurados?
-No hay que detenerse tanto tiempo, puede ser riesgoso.
-Pero si aquí no hay animales salvajes.
-No, pero hay humanos que tienen hambre.
DIALOGO XXIV
-Doctor esta enfermedad que traigo
me tiene agobiada.
No puedo ver el mundo como ustedes.
-¿Qué padece exactamente?
-Veo todo en blanco y negro.
-¿En serio?
-Sí, doctor.
-Aguárdeme un instante, no se vaya.
-Sí, doctor.
-Ya está.
-¿Qué hace, doctor?
-Sólo me puse unos bigotitos,
un traje haciendo juego con mi sombrero
y un bastón.
¿Qué ve ahora?
-Un hombre disfrazado de Charles Chaplin
-¿No es genial?
-Sí doctor, nunca lo había visto de esta forma.
-¿A mi o al mundo?
-Al mundo, doctor.
-Cómo la envidio!
-Gracias doctor.
-Váyase de aquí urgente,
antes de que me quede mudo.
-Sí, doctor.
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